A OSCURAS

El fútbol nos regala a veces momentos mágicos como aquella remontada del Manchester al Bayern en la final de la Liga de Campeones de 1999 en el Camp Nou. Un momento apasionante para todos los aficionados al balompié, menos para los seguidores alemanes.

Salvando las modestísimas distancias, es como si el domingo los Diablos Rojos se hubieran disfrazado del filial del Murcial para remontar y empatar, con uno menos, a un Jaén cuyos acólitos, cual seguidores del equipo de Múnich aquella noche de mayo, se quedaban helados (y no por el frío).

Fue para plantearse si aquellos focos que el Atlético de Madrid cedió en su día al Real Jaén no dejaron en nuestra ciudad un trozo del pastel del "pupas" colchonero. Porque que te empaten en el último suspiro con un futbolista menos cuando se gana 2-0 es un espectáculo casi exclusivo del Vicente Calderón.

El equipo había encontrado en las últimas semanas el estilo que buscaba el capitán Cervera. Eso parecía. Porque contra el Imperial se desdibujó y sólo empezó a ver la luz con la expulsión y el gol de penalti. Pero comenzó a acomodarse con el 2-0 y los cambios no mejoraron las sensaciones.

El Real Jaén se fue apagando y casi hubiera sido mejor que el apagón de las torretas de iluminación se hubiera prolongado durante toda la segunda parte para seguir a oscuras, como el juego de los blancos, y no haber visto el afortunado desenlace para los visitantes.

Este domingo, segundo capítulo de los tres enfrentamientos consecutivos con escuadras murcianas. Un Moratalla en descenso en una buena ocasión para no perder comba con miras a los trascendentales compromiso con El Ejido, Caravaca y Melilla, y, cómo no, de homenajear al bravo Agustín García Cerrillo.


Agustín Toledano Soto
Periodista