Palencia. Tarde de radio. De emoción. Tensión hasta el último momento. Como en los ascensos en Ourense y Figueres. El Jaén pasa de ronda. Este equipo aún no lo ha logrado. Sólo ha dado un paso, pero la ilusión está desbordada. También en las taquillas en La Victoria.

Pero esto es el Real Jaén y el menú de disgusto semanal tenía que llegar. Pataleo del presidente palentino. Impugnación. Más tensión. Nota de prensa del Jaén salida de tono. Alegaciones. Rechazado el recurso del Palencia. Previsible.

Un filial. La siguiente parada. El Barcelona Atlètic. Ahora que los poderosos del fútbol profesional andan preocupados en copiar el modelo televisivo de la Premier a la liga española, podían hacerlo del todo y crear una liga de filiales. Pero los grandes prefieren “quitar” la plaza a otros clubes y tener más parte del pastel. Simple.

El equipo de Luis Enrique. Penúltimo peldaño. Una escuadra con mucha llegada y capaz de crear infinidad de ocasiones en cada encuentro. Mejor en defensa que definiendo, e imitador en la creación de juego a su hermano mayor. Espíritu ganador, como el de su entrenador.

Pero el Real Jaén también ha llegado a la segunda ronda de las eliminatorias de ascenso por algo. En Palencia estuvo en el abismo. Y por fin aprendió a remontar (la segunda vez que lo hacía en la temporada y la primera fuera de casa). Porque el Jaén tiene que subir. Cuestión de supervivencia.

Agustín Toledano Soto
Periodista